
A
lo largo de los siglos la tecnología ha tratado de muchas maneras poner remedio
a los problemas de audición. Siempre ha habido personas con un grado más o
menos agudo de sordera, pero para llegar a los audífonos digitales que
actualmente puedes encontrar en cualquier establecimiento dedicado a la venta de audífonos en Fuenlabrada, ha
sido necesario pasar por muchos aparatos diferentes.
Los primeros dispositivos usados por el hombre para amplificar el sonido se
encontraron en las ruinas romanas de Pompeya, se trataba de unos tubos de
bronce con forma de trompetilla. Es muy probable, sin embargo que no fueran
estos los primeros audífonos, sino que algunos pueblos que vivieron en las
proximidades del mar utilizarán grandes caracolas marinas con idéntico fin.
Trompetillas similares a las de Pompeya se utilizaron en toda Europa hasta bien
entrado el siglo XIX, cuando se empezó a utilizar un tubo de caucho para
trasladar el sonido desde la boca de la trompetilla hasta la oreja. Este tubo
permitió a las personas sordas captar el sonido de quien les hablaba mientras
le seguían también con la mirada.
Al patentar el teléfono, Graham Bell había descubierto la forma de convertir el
sonido en energía eléctrica que se podía enviar a largas distancias. Partiendo
de su invento, en 1892 entregó la patente del primer audífono eléctrico. Aquel
primer aparato era demasiado voluminoso y pesado de modo que no era sencillo de
transportar. Hubo que inventarse el transistor para que la miniaturización de
los aparatos eléctricos hiciera posible que tuvieran un tamaño asequible. A
partir de entonces comenzaron a aparecer los primeros establecimientos
dedicados a la venta de audífonos en
Fuenlabrada.
La última revolución tecnológica en materia de aparatos de audición ha venido
de la mano de la era digital. Por eso en el Centro Optifon puedes ver aparatos de tamaño muy reducido.